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Daisy Rondón: “La educación de las peluqueras Daisy Rondón: dominicanas fue mi gran aporte”

Daisy Gran Salón marcó una época de la peluquería dominicana, donde figuras del arte y el espectáculo se daban cita para lucir peinados de vanguardia.

Por Haydée Ramírez, diciembre 9, 2022

Después de varios años viviendo en Nueva York, Daisy Rondón se traslada a Santo Domingo donde instaló, en su vivienda del ensanche Ozama, el Salón Daisy, en el año 1976.

Más tarde, en 1980, se muda a la calle Juan Sánchez Ramírez, y en 1985, abre su primer local, independiente de su vivienda, en la Benito Monción. Ya para el 2001, cambiaron de nombre a Daisy Gran Salón, cuando abrieron en el Ensanche Evaristo Morales.

¿Cómo fueron esos inicios para usted?

“Estando en el Salón Daisy, cuando pensé en crecer y mudarlo a otra área, me mudé. Tumbamos nuestra casa e hicimos un edificio. Visualizábamos un edificio con un concepto novedoso. Salud, belleza y bienestar en un solo lugar. Por eso, Gold’s Gym, el spa y el salón. Esa fue la razón por lo que lo llamamos Daisy Gran Salón.

Trabajé por un año entrenando nuestro personal en todas las áreas necesarias antes de abrir y teníamos una clientela fiel de muchos años, que apreciaba nuestra calidad en todo lo que hacíamos. Observábamos que la ciudad crecía hacia esa zona (metropolitana), por lo  que debíamos instalarnos en otra área para facilitarles a nuestros clientes llegar con facilidad”.

¿Qué la motivó a incursionar en el mundo de la belleza?

“Yo trabajaba los sábados en un salón de New York, ayudando, hacía muchas propinas. Cuando terminé el bachilerato, vi que las propinas eran una buena ayuda diaria, y además, se cobraba el semanal. Entonces, como ya tenía dos años trabajando, había aprendido mucho de peluquería y me decidí a especializarme. Siempre con la meta de mejorar y ayudar a las peluqueras de mi país a desarrollarse”.

En la época en que usted comenzó había pocos salones en el país, ¿cómo era trabajar en belleza en ese tiempo?

“Habían pocos salones buenos en esa época, la mayor parte eran extranjeros. Porque los que eran dominicanos no tenían forma de crecer, a menos que no fuese viajando. Por eso, mi decisión de educar los de aquí para poder competir. Me dediqué por más de 60 años a educar a través de la compañía de Sebastian Internacional, que me había permitido a mi crecer. Y con Sebastian del Caribe, nuestra empresa y un equipo excelente, logramos nuestros objetivos”.

¿Qué ha significado la belleza en su vida?

“Todo lo expresado me permitió realizarme como profesional y alcanzar todas mis meta. Siempre contando con la ayuda de mi esposo, mis hijos, nuestro equipo y una clientela fiel. Empleados que se dejaban dirigir porque veían resultados, con mucha disciplina”.

Por su salón desfilaron figuras del arte y el espectáculo, ¿qué anécdotas recuerda de alguna figura que visitara su salón?

“Sí, y muchos querían intercambios con nosotros, ya teníamos un nombre y calidad. El Puma fue allá, y eso fue un escándalo, en esa época estaba muy fuerte entre el público. Zoe Saldaña también, entre muchos otros. La mayoría de programas femeninos y de noticias también pasaron por nuestros negocios”.

¿Cuál cree usted que fue su principal aporte en la belleza en República Dominicana?

“La educación y el haber contribuido a elevar el nivel profesional del peluquero(a) dominicano. Actualizar los clientes, para que ellos, a su vez, permitieran las nuevas tendencias de la moda, aceptar el cabello rizo como una textura, etc. Hoy en día las peluqueras dominicanas son preferidas en muchas partes del mundo. Esto se debe en parte a nuestro trabajo”.